En un remoto valle del Pirineo aragonés se cuenta la leyenda de Armugán. Se dice que se dedica a un oficio misterioso y terrible del que nadie quiere hablar. Dicen que Armugán se desplaza por los valles aferrado al cuerpo de Anchel, su fiel servidor, y que ambos comparten el secreto de una labor tan antigua como la vida, tan terrible como la misma muerte.
Grabada en parte en el municipio de Boltaña y en la Comarca de Sobrarbe